Titulares

miércoles, 14 de abril de 2010

El supuesto progreso capitalista



Por. Francisco –chino- Vásquez

Los agentes del capitalismo hegemónico y por ende del imperialismo norteamericano, les hacen creer a los pueblos, especialmente a los del continente latinoamericano y caribeño, que el progreso de sus respectivos países, consiste en llenar las ciudades de construcciones de pomposas torres de cientos y cientos de millones de dólares y de infinidad de niveles, convertidos en metros lineales que apuntan hacia las nubes que flotan en el firmamento.

Los pueblos, ingenuamente, con una indiferencia pasmosa, aceptan esa situación la cual es creada con una ofensiva propagandística bien orquestada y científicamente diseñada para que penetre en lo mas profundo de la conciencia de dichos pueblos, que ya enajenado por dicha propaganda, no se atreverían a preguntar de donde sale tanto dinero para construir esos monumentos infernales en países que aparentemente son tan pobres que todas las infraestructuras que se comienzan, siempre se terminan, en la mayoría de las veces, cojiendol dinero en prestamos, dizque blando, al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial o al G-7,.

Estos, al fin y al cabo son los mismos depredadores y saqueadores de las riquezas de los países mas débiles , con el pretexto de que están ayudando a combatir la pobreza de dichos países, los cuales han sido explotados desde el llamado descubrimiento de América en 1492 u otro imperio Occidental.

Es por eso que vemos, hoy en el siglo 21, de la también llamada civilización cristiana, que la mayoría de los habitantes de esos pises, viven en retretes –letrinas- , sin acceso a educación, salud, alimentación y recreación, donde el desempleo es crónico y millones de personas deambulan por las calles y campos de sus respectivos países, buscando la forma o manera de conseguir algo que les ayude a seguir mal viviendo.

Pero el sistema capitalista es injusto y cruel, lo mantiene dándoles migajitas y los usa convenientemente alimentándoles con propagandas dañinas, presentándoles, además de lujuria y vanidades, a personas que han acumulados miles de millones de dólares, haciéndoles creer con eso a los pueblos, que cada quien puede ser lo que quiera ser, si así lo desea, y tener lo que desee como esos millonarios.

Con esa malsana propaganda, el capitalismo salvaje y depredador, mantiene ilusionados a millones de personas en el continente latinoamericano, en otros continentes y a su propio pueblo, que es el norteamericano.

Por eso es que exaltamos a los gobiernos y a los pueblos llamados del tercer mundo, ha hacer mas esfuerzos para liberarnos del monstruo imperialista norteamericano.

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